Los ajos al igual que las cebollas pertenecen al género Allium, así que me pregunté si las células de los ajos eran similares al de las cebollas. Hice un corte del bulbo del ajo y lo observé en el microscopio.
Las células no se distinguieron bien pues el corte no era lo suficientemente delgado, así que desprendí la “cáscara” que cubre cada diente del bulbo del ajo y la observé en el microscopio. En botánica esa cáscara se conoce como hoja membranosa envolvente.
Los bulbos de los ajos contienen gran cantidad de sustancias nutritivas, por ello sus células son grandes. Otro aspecto fisiológico curioso de los ajos es que el peso de toda la planta y el número de hojas deja de incrementar cuando los dientes del bulbo ya han acumulado suficientes nutrientes de reserva. Los bulbos aprovechan por completo las ventajas fotosintéticas que tienen las hojas para acumular la mayor cantidad de sustancias nutritivas y crecer.
Biól. María Juanz
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